Al hilo de la anterior entrada, la del del corto Pipas en el que tiene un papel nuclear el significado del número Pi, he recordado un poema suscitado precisamente por la infinitud de dicho número -algo, por cierto, que nos cuesta entender a los que apenas sabemos de matemáticas y traducimos mentalmente a esa cifra simplificadora -3,1416- que utilizábamos en clase de "mates".
Es de la escritora polaca Wislawa Szymborska , conocida especialmente tras ser galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1996 .
En una primera lectura tiene la dificultad ańadida de una puntuación nada normativa que obliga a releer para pautarlo adecuadamente y darle sentido. Aun así, espero que os guste o , al menos, valga para ayudar a recordar que este místico número tiene voluntad de "permanencia", que no acaba nunca, como el universo.
Es de la escritora polaca Wislawa Szymborska , conocida especialmente tras ser galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1996 .
En una primera lectura tiene la dificultad ańadida de una puntuación nada normativa que obliga a releer para pautarlo adecuadamente y darle sentido. Aun así, espero que os guste o , al menos, valga para ayudar a recordar que este místico número tiene voluntad de "permanencia", que no acaba nunca, como el universo.
EL NÚMERO PI
3'14159265358969323846264323015319196365587....
El número
Pi es digno de admiración
tres coma uno cuatro uno
todas sus cifras siguientes también
son iniciales
cinco nueve dos, porque nunca se
termina.
No permite abarcarlo con la mirada
seis cinco tres cinco
con un cálculo ocho nueve
con la imaginación siete nueve
o en broma tres dos tres, es decir,
por comparación
ocho cuatro seis con cualquier otra
cosa
dos seis cuatro tres en el mundo.
La más larga serpiente después de
varios metros se interrumpe
Igualmente, aunque un poco más tarde,
hacen las serpientes fabulosas
El cortejo de cifras que forman el
número Pi
no se detiene en el margen de un
folio,
es capaz de prolongarse por la mesa, a
través del aire,
a través del muro, de una hoja, del
nido de un pájaro,
de las nubes, directamente al cielo
a través de la total hinchazón e
inmensidad del cielo.
Oh, que corta es la cola del cometa,
como la de un ratón!
Que frágil el rayo de la estrella que
se encorva en cualquier espacio!
Pero aquí dos tres quince trescientos
noventa
mi número de teléfono la talla de tu
camisa
año mil novecientos setenta y tres
sexto piso
número de habitantes sesenta y cinco
céntimos
la medida de la cadera dos dedos la
charada y el código
en el que mi ruiseñor vuela y canta
y pide un comportamiento tranquilo
también transcurren la tierra y el
cielo
pero no el numero Pi, este no,
él es todavía un buen cinco
no es un ocho cualquiera
ni el último siete
metiendo prisa, oh, metiendo prisa a
la perezosa eternidad
para la permanencia.
Una curiosidad, un poema:
ResponderEliminar"Par o cero e impar
colocados en cadena están.
Del radio circular compañero.
Alguien descubrió
que no era racional
este número PI,
avanza, pues, sin fin.
Infinita red de dígitos variables
donde trasciende
su perfecta cualidad real.
Y maravilló siempre
a tantos geómetras
que dedicaron esfuerzos
con métodos miles y algoritmos
hasta calcular
la fantástica seriación decimal.
¡Para comprobar cómo
esta serie ilimitada !"
El poema no alcanza la belleza del que escribiera la Szymborska, pero tiene como curiosidad que si se cuenta el número de letras de cada palabra tenemos los sesenta y tres primeros decimales del número pi...Su autor es Blai Figueras Álvarez...
Abrazos.
Tiene razón mi anónimo comentarista: poema sencillo que puede servir de regla nemotécnica para sorprender recitando los dígitos de Pi ; muy curioso. Gracias por la colaboración .
ResponderEliminar