domingo, 25 de octubre de 2009
IN MEMORIAM: Elegía de Miguel Hernández
Su recuerdo permanece entre nosotros asociado a mil detalles y momentos.
A modo de homenaje, en este espacio -el de la biblioteca que en el instituto lleva su nombre - quiero "colgar" unos versos que para mí siempre irán unidos a su recuerdo: pocos días antes de su muerte nos contaba cómo seguía emocionándose cada vez que leía la Elegía a Ramón Sijé de Miguel Hernández.
(En Orihuela, su pueblo y el mío, se me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,a quien tanto quería.)
Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.
Alimentando lluvias, caracoles
y órganos mi dolor sin instrumento,
a las desalentadas amapolas
daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.
Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.
No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.
Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.
Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.
No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.
En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofe y hambrienta .
Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.
Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte .
Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera
de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.
Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irá a cada lado
disputando tu novia y las abejas.
Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.
A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.
(10 de enero de 1936)
sábado, 24 de octubre de 2009
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca, y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con perfume viejo y un silencio.
Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo de aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua."
amor correspondido. Si el enamorado es capaz de salir de una librería de libros de segunda mano con la hoja de este capítulo entre las manos, y se la hace llegar a la persona a cuyo amor aspira, ésta caerá rendida a sus pies…Por eso a tantos ejemplares les falta el capítulo 7…”
EL MANUSCRITO DE PIEDRA
De las espesas sombras que envolvían la entrada, surgió de pronto una más negra que lo embistió hasta derribarlo. Desde el suelo pudo ver con claridad cómo su agresor sacaba un arma de debajo de la capa y, sin mediar palabra, se la clavaba una y otra vez en el vientre, en el pecho y en los costados. Paralizado por el horror, no fue capaz de pedir auxilio. Mientras se desangraba, aún tuvo tiempo de pensar, con consternación, en lo que estaba sucediendo. No le importaba tanto morir acuchillado a la entrada de la catedral como expirar sin haberse confesado, lastrado por una culpa y un secreto de los que ya no podría librarse por los siglos de los siglos-“
No temáis: no os he “destripado” la novela, no es el principio y el final de El manuscrito de Piedra sino dos fragmentos del capítulo primero.
Efectivamente, esta obra de Luis García Jambrina tiene como punto de partida un asesinato y como marco narrativo, la Salamanca de finales del siglo XV- de la que se hace una magnífica ambientación. Si le añadimos que el autor elige como protagonista a Fernando de Rojas, “el que acabó” La Celestina, que hay continuos guiños y referencias a esta obra y que, además, se incorpora algún episodio del Lazarillo de Tormes se entenderá por qué el Departamento de Castellano ha puesto esta lectura como “obligada” para 1º de Bachillerato este curso
Pero no se trata de leer por obligación. La obra tiene méritos suficientes para ser leída con gusto por todos: es una narración que engancha desde el principio y mantiene el interés por la trama hasta el final; además, es amena y describe con acierto el ambiente de finales del Medioevo en Salamanca: las tensiones provocadas por la política unificadora de los Reyes Católicos, las disputas y envidias entre las diferentes órdenes religiosas, la situación de judíos y conversos acosados por la Inquisición, la aparición del incipiente pensamiento humanista, el mundillo universitario y el de las mancebías y tabernas; todo una mundo en superficie que se opone a otro mundo subterráneo y esotérico que tiene como centro la famosa Cueva de Salamanca…
miércoles, 21 de octubre de 2009
Compartiendo: Una muestra de ""Rayuela"
Hace unos días, a propósito de un comentario en una clase sobre unas gotas de lluvia en el cristal, me acordé de un delicioso fragmento de Rayuela, la obra más destacada de Julio Cortázar.
Lo trascribo aquí para que lo disfrutéis también vosotros y os invito a que descubráis a este autor. Seguramente habréis leído ya algún texto de él en alguna clase de lengua ya que sus conocidas “Instrucciones” –para subir una escalera, para dar cuerda al reloj… - se utilizan mucho al explicar los textos prescriptivos; os propongo releer o localizar esos fragmentos y explorar en Rayuela a la búsqueda de otros para compartir aquí .
“
Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen ¡plaf! y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro, ¡qué hastío! Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo, se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto ¡zup! ahí va, ¡plaf!, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan enseguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas, inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.”
martes, 20 de octubre de 2009
És un llibre de relats (vint-i-sis) que cal llegir molt espai, sense pressa, tractant d'absorbir tota la sensibilitat dels seus personatges.
La seua autora, Anna Rúbio, va ser professora d'Educació Compensatòria a l'IES La Senda el curs passat. Amb aquest llibre va guanyar el premi "25 d'abril" de narrativa curta de la Vila de Benissa 2008.
miércoles, 14 de octubre de 2009
MUJERES QUE INSPIRAN
Rosa Parks (1913 – 2005) El primero de diciembre del año 1955, en Montgomery ( Alabama), Rosa, una mujer negra , se sube al autobús que to...
-
En el texto de García Montero " Coplas a la muerte de un Colega ", nos encontramos con una entretenida parodia de las “ Cop...
-
Estos días hemos estado trabajando en 1º de BAC las Coplas de Jorge Manrique, lo que ha propiciado que nos acerquemos a una conocida imita...
-
El jardín de las Delicias, de El Bosco. Hacia el 1500-1505. Para que veáis que el poema de Rafael Alberti que leímos el otro día en clase...