domingo, 21 de abril de 2013

Concurso de relatos organizado por el AMPA

Os recuerdo que el Concurso de relatos organizado por el AMPA del centro amplió la fecha límite de presentación de originales hasta finales de este mes.
Aunque ya os repartimos en clase la información (bases y forma de presentación), si tenéis alguna duda, consultad a cualquier miembro del departamento.
 Venga, animaos: una pantalla de ordenador o un folio en blanco, una historia que contar, un poquito de imaginación, otro poco de ganas y... ya lo tendréis. Solo os falta dejarlo "dormir" unos días y revisarlo y darle el último toque.

sábado, 13 de abril de 2013

70 años de El principito



Ya tenía ganas –casi una necesidad- de dedicar unas palabras a algo que no estuviese dictado por la tristeza, marcado por el sabor a despedida que han caracterizado las últimas entradas de este blog. Así que, sugerido por la conmemoración, la semana pasada, de la primera edición de El principito he encontrado el motivo perfecto.

Sí, fue un 6 de abril de hace  setenta años cuando se editó por primera vez este delicioso librito de apenas poco más de cien páginas que con el tiempo se ha convertido en una de las obras más vendidas, reeditadas y conocidas de la literatura.





La historia de ese niño curioso y frágil, procedente del lejano asteroide B-612, que aparece misteriosamente en la tierra para cuestionar con lúcida sencillez el mundo en el que vivimos, ha traspasado la frontera del tiempo y se muestra hoy con la misma frescura y actualidad que en aquel momento. Es más, quizá ahora, en estos tiempos marcados por la deshumanización de personas, poderes e instituciones, hay que reivindicar, si cabe con más fuerza, la lección que se desprende de su lectura, los valores por los que apuesta: la generosidad, la tolerancia, el respeto, el valor de la amistad, la rectitud moral, la pureza de la infancia, el cuidado de nuestro planeta…
Si, la obra nos habla de valores y actitudes : nos invita a conocernos, a aceptar lo misterioso, a conservar algo del niño que fuimos, a cuidar lo que nos rodea, a diferenciar lo esencial de lo accesorio, a tomarse el tiempo necesario para saborear la belleza, para cultivar la amistad, para descubrir otra forma de mirar y estar en el mundo…  " No se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos"
He evitado aquí, lógicamente, contar de qué va El principito, y confío en que lo apuntado sea un aliciente (aunque nunca se sabe) para su lectura o relectura. Porque –quiero destacar- éste es un libro de esos que hay que leer más de una vez , que encierra diferentes niveles de comprensión según la edad y, por tanto, la experiencia vital de cada lector. No es lo mismo sumergirse en él a los doce que a los diecisiete, y mucho menos ya de adulto. Como lectura infantil –adaptada a veces- la fábula funciona, tierna y extraña,  como un cuento más, con sus animales y su príncipe incluido. Luego, desde la perspectiva del lector adulto dicha fábula se convierte en metáfora poética,  adquiere un valor simbólico evidente que se amplia y completa en cada lectura. Y es curioso que, sea cual sea la peripecia vital por la que el lector esté atravesando, siempre se encuentra, una reflexión que parece increparlo o algún comentario en cuya  sugerencia no se había reparado anteriormente.  Sumergidos en la lectura,  las andanzas de ese niño entrañable nos suscitan la sonrisa, sus frases aparentemente sencillas nos cuestionan y el diálogo del protagonista con sus interlocutores se convierte en diálogo personal e íntimo de cada lector. Y, por supuesto, lo narrado nos vuelve a tocar ese “corazoncito” que a  menudo recubrimos de tantas capas…
Así que, desde luego, os invito a leer o releer El principito; así seréis vosotros   los que descubráis “otra forma de mirar y estar en el mundo” y los que  entendáis  por qué es una suerte sentirse “domesticado”, tener un amigo que te diga “Apprivoise-moi!”.


miércoles, 10 de abril de 2013

José Luis Sampedro: adiós, maestro.


Hace algo más de un año (9 de febrero de 2012) le dedicaba una entrada de este blog a José Luis Sampedro a propósito de su intervención en el programa Salvados. Me llamaba la atención la coherencia y lucidez de ese joven nonagenario, la claridad expositiva de su visión de la crisis actual, su actitud combativa ante la injusticia, su serena actitud ante la muerte.
Ayer por la mañana conocíamos la noticia: sí, había muerto; se había ido a su manera : sereno, discreto, sin "pompa fúnebre publicitaria".
Este "hombre esencialmente bueno" -como diría Machado- nos deja un valioso legado que excede la propia valoración de su obra literaria y económica (importantísimas ambas) para situarse en el plano de lo personal, para constituirse en referente moral. Su actitud ante la vida, su independencia, su humanismo nos deben servir de modelo. Y ojalá su figura se pueda constituir en una especie de antídoto a esos otros modelos facilones y  superficiales,  cuando no corruptos,  que pululan por ahí ocupando espacios televisivos y ámbitos  políticos y  económicos.

Como quizá uno de sus últimos escritos sea el prólogo que escribió para la obra Indignaos, de Stéphane Hessel, lo transcribo aquí.
Que sus palabras y su figura nos sirvan de referente.
Descansa en paz, maestro.

   
    Prólogo (Indignaos )
       Yo también

Yo también nací en 1917. Yo también estoy indignado. También viví una guerra. También soporté una dictadura. AI igual que a Stéphane Hessel, me escandaliza e indigna la situación de Palestina y la bárbara invasión de Irak. Podría aportar más detalles, pero la edad y la época bastan para mostrar que nuestras vivencias han sucedido en el mismo mundo. Hablamos en la misma onda. Comparto sus ideas y me hace feliz poder presentar en España el llamamiento de este brillante héroe de la Resistencia francesa, posteriormente diplomático en activo en muchas misiones de interés, siempre a favor de la paz y la justicia.
¡INDIGNAOS! Un grito, un toque de clarín que interrumpe el tráfico callejero y obliga a levantar la vista a los reunidos en la plaza. Como la sirena que anunciaba la cercanía de aquellos bombarderos: una alerta para no bajar la guardia. Al principio sorprende. ¿Qué pasa? ¿De qué nos alertan? El mundo gira como cada día. Vivimos en democracia, en el estado de bienestar de nuestra maravillosa civilización occidental. Aquí no hay guerra, no hay ocupación. Esto es Europa, cuna de culturas. Sí, ése es el escenario y su decorado. Pero ¿de verdad estamos en una democracia? ¿De verdad bajo ese nombre gobiernan los pueblos de muchos países? ¿O hace tiempo que se ha evolucionado de otro modo?
Actualmente en Europa y fuera de ella, los financieros, culpables indiscutibles de la crisis, han salvado ya el bache y prosiguen su vida como siempre sin grandes pérdidas. En cambio, sus víctimas no han recuperado el trabajo ni su nivel de ingresos. El autor de este libro recuerda cómo los primeros programas económicos de Francia después de la segunda guerra mundial incluían la nacionalización de la banca, aunque después, en épocas de bonanza, se fue rectificando. En cambio ahora, la culpabilidad del sector financiero en esta gran crisis no sólo no ha conducido a ello; ni siquiera se ha planteado la supresión de mecanismos y operaciones de alto riesgo. No se eliminan los paraísos fiscales ni se acometen reformas importantes del sistema. Los financieros apenas han soportado las consecuencias de sus desafueros. Es decir, el dinero y sus dueños tienen más poder que los gobiernos. Como dice Hessel, «el poder del dinero nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del Estado. Los bancos, privatizados, se preocupan en primer lugar de sus dividendos y de los altísimos sueldos de sus dirigentes, pero no del interés general».
INDIGNAOS!, les dice Hessel a los jóvenes, porque de la indignación nace la voluntad de compromiso con la historia. De la indignación nació la Resistencia contra el nazismo y de la indignación tiene que salir hoy la resistencia contra la dictadura de los mercados. Debemos resistirnos a que la carrera por el dinero domine nuestras vidas. Hessel reconoce que un joven de su época indignarse y resistirse fue más claro, aunque no más fácil, porque la invasión del país por tropas fascistas es más evidente que la dictadura del entramado financiero internacional. El nazismo fue vencido por la indignación de muchos, pero el peligro totalitario en sus múltiples variantes no ha desaparecido. Ni en aspectos tan burdos como los campos de concentración (Guantánamo, Abu Ghraib), muros, vallas, ataques preventivos y «lucha contra el terrorismo» en lugares geoestratégicos, ni en otros mucho más sofisticados y tecnificados como la mal llamada «globalización» financiera.
¡INDIGNAOS!, repite Hessel a los jóvenes. Les recuerda los logros de la segunda mitad del siglo XX en el terreno de los derechos humanos, la implantación de la Seguridad Social, los avances del estado de bienestar, al tiempo que les señala los actuales retrocesos. Los brutales atentados del 11-S en Nueva York y las desastrosas acciones emprendidas por Estados Unidos como respuesta a los mismos, están marcando el camino inverso. Un camino que en la primera década de este siglo XXI se está recorriendo a una velocidad alarmante. De ahí la alerta de Hessel a los jóvenes. Con su grito les está diciendo: «Chicos, cuidado, hemos luchado por conseguir lo que tenéis, ahora os toca a vosotros defenderlo, mantenerlo y mejorarlo; no permitáis que os lo arrebaten».
¡INDIGNAOS! Luchad, para salvar los logros democráticos basados en valores éticos, de justicia y libertad prometidos tras la dolorosa lección de la segunda guerra mundial. Para distinguir entre opinión pública y opinión mediática, para no sucumbir al engaño propagandístico. «Los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente», señala Hessel. Y yo añado: ¿quién es la gente pudiente? Los que se han apoderado de lo que es de todos. Y como es de todos, es nuestro derecho y nuestro deber recuperarlo al servicio de nuestra libertad.
No siempre es fácil saber quién manda en realidad, ni cómo defendernos del atropello. Ahora no se trata de empuñar las armas contra el invasor ni de hacer descarrilar un tren. El terrorismo no es la vía adecuada contra el totalitarismo actual, más sofisticado que el de los bombarderos nazis. Hoy se trata de no sucumbir bajo elhuracán destructor del «siempre más», del consumismo voraz y de la distracción mediática mientras nos aplican los recortes.
¡INDIGNAOS!, sin violencia. Hessel nos incita a la insurrección pacífica evocando figuras como Mandéla o Martin Luther King. Yo añadiría el ejemplo de Gandhi, asesinado precisamente en 1948, año de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, de cuya redacción fue partícipe el propio Hessel. Como cantara Raimon contra la dictadura: Digamos NO. Negaos. Actuad. Para empezar, ¡INDIGNAOS!

JOSÉ LUIS SAMPEDRO


MUJERES QUE INSPIRAN

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