miércoles, 28 de marzo de 2012

Hoy, con Miguel Hernández.

Miguel Hernández Gilabert nació en Orihuela el 30 de octubre de 1910, en una familia pobre dedicada a la cría del ganado. Empezó pronto el colegio y sus buenos resultados en los estudios le consiguieron una beca en las escuelas del Amor de Dios, regentada por jesuitas. Allí destacó por su inteligencia.
Sin embargo, su padre le sacó de la escuela, entendía que lo que necesitaba era un medio de vida y que allí perdía el tiempo. Entonces el adolescente Miguel se convierte en pastor, aunque ya la semilla cultural le había prendido y se hace con libros y mientras cuida las cabras no cesa de leer a los clásicos, de los que se enamora. Y empieza a escribir poesía. En 1930 logra que le publiquen sus primeros poemas.




A partir de esta fecha su trayectoria vital va unida a la poética. 
Podemos acercarnos a ambas a través de la evolución de su poesía, en la que se distinguen cuatro etapas:


 a.- ETAPA DE FORMACIÓN (1930-1934):
Corresponde a los poemas de adolescencia y juventud, sus primeros versos, escritos en su mayoría mientras desempeñaba tareas de pastor . En esta primera época se ve muy influenciado por su amigo Ramón Sijé, que le contagió su amor por los clásicos, por la religiosidad, y le introdujo en los ambientes culturales de Orihuela, donde publicó en revistas y semanarios sus primeros poemas. Influencias decisivas fueron, Garcilaso, Góngora, San Juan, Machado, Rubén Darío, su paisano Gabriel Miró, y los autores clásicos.. Los temas básicos son el paisaje de su tierra, el mundo pastoril, la mitología, ambientes orientales de origen romántico y modernista, etc. Dada su juventud y sus circunstancias personales, cabe decir que fundamentalmente se limita a imitar a sus autores preferidos.
 En 1931 realiza un viaje a Madrid, financiado por Ramón Sijé, e intenta contactar por carta con Juan Ramón Jiménez y García Lorca. A los seis meses regresa a Orihuela sin haber obtenido el éxito que deseaba, pero ha aprendido que su poesía no está a la altura y que debe orientarla a la vanguardia. Así aparecerá en 1933 su primer libro Perito en Lunas, de carácter gongorino y cercano a la Generación del 27. En él, el poeta contempla en mundo exterior, objetos y escenas de la vida real, desde el punto de vista de la vanguardia histórica: el gallo, el toro, la palmera, el pozo, las gitanas, la luna…, olvidando los problemas personales y sociales.
Notas a la estructura del poema "Llegó con tres heridas"
b.- POESÍA AMOROSA (1934-1936):
En 1933, Miguel Hernández conoce a Josefina Manresa; en 1934 formalizará su noviazgo con ella. Por otra parte, y para ganarse la aceptación de los poetas del 27, escribe un drama teatral, El torero más valiente, dedicada a la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías.
En 1935 fija su residencia en Madrid, para volver a intentar prosperar en el terreno de la poesía. Es ahora cuando experimenta un cambio muy firme en su actitud ideológica y estética: abandona su credo religioso, que compartía en Orihuela con Ramón Sijé, y comienza su amistad y su colaboración con Pablo Neruda.
En 1935 muere su íntimo amigo Ramón Sijé, en Nochebuena, a los veintidós años. A él le compone la famosa elegía que se inicia con estos versos:
Yo quiero ser llorando el hortelano
 de la tierra que ocupas y estercolas
 compañero del alma tan temprano...
En 1936,  consigue editar su primer gran éxito, El rayo que no cesa, el ibro de poemas de temática amorosa hacia tres mujeres: su novia, Josefina Manresa, con la que romperá durante un tiempo; la pintora Maruja Mallo, su amante en este paréntesis; y un amor platónico nunca realizado, la escritora María Cegarra.

Tengo estos huesos hechos a las penas
y a las cavilaciones estas sienes:
pena que vas, cavilación que vienes
como el mar de la playa a las arenas.
Como el mar de la playa a las arenas,
voy en este naufragio de vaivenes,
por una noche oscura de sartenes
redondas, pobres, tristes y morenas.
Nadie me salvará de este naufragio
si no es tu amor, la tabla que procuro,
si no es tu voz, el norte que pretendo.
Eludiendo por eso el mal presagio
de que ni en ti siquiera habré seguro,
voy entre pena y pena sonriendo.


c.- POESÍA DE GUERRA (1936-1938):
Tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936, Miguel Hernández consolida su postura ideológica y social y la convierte en política: se afilia al Partido Comunista y se alista como voluntario en el Quinto Regimiento del bando republicano, recorriendo los frentes de Madrid, Andalucía, Extremadura y Aragón y dedicándose a animar a los combatientes con sus arengas y sus actividades literarias (publicación de periódicos, representaciones teatrales breves, etc.).
En marzo de 1937 vuelve a Orihuela donde contrae matrimonio civil con Josefina Manresa.  De allí marcha para el frente de Jaén, donde tiene tiempo para escribir el conocido poema que se inicia:
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?...
En diciembre nace su hijo Manuel Ramón, muerto diez meses después. A esa tristeza se suma el ser consciente del rumbo que va tomando la guerra; va decayendo físicamente pero publica su tercer libro importante: Viento del puebloEsta obra, poesías fundamentalmente de guerra, es una de las de mayor fuerza y compromiso y tuvo un gran éxito. En ella  aparece el tono épico dirigido a un protagonista colectivo, pero nunca se omite lo lírico a través de la exaltación de lo humano.
Vientos del pueblo me llevan, 
vientos del pueblo me arrastran, 
me esparcen el corazón 
y me aventan la garganta/.../
Asturianos de braveza, 
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría 
y castellanos de alma, 
labrados como la tierra 
y airosos como las alas; 
andaluces de relámpagos, 
nacidos entre guitarras 
y forjados en los yunques 
torrenciales de las lágrimas; 
extremeños de centeno, 
gallegos de lluvia y calma, 
catalanes de firmeza, 
aragoneses de casta, 
murcianos de dinamita 
frutalmente propagada, 
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha, 
reyes de la minería, 
señores de la labranza, 
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas, 
vais de la vida a la muerte, 
vais de la nada a la nada: 
yugos os quieren poner 
gentes de la hierba mala, 
yugos que habéis de dejar 
rotos sobre sus espaldas/…/.
Si me muero, que me muera 
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto, 
la boca contra la grama, 
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.
Cantando espero a la muerte, 
que hay ruiseñores que cantan 
encima de los fusiles 
Y en medio de las batallas.
Y en 1938 aparece El hombre acecha, dedicado a Pablo Neruda. La derrota republicana ya se ve cercana, y estos poemas constituyen un grito desgarrador entre muertos, heridos, cárceles y desilusión.
Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.
Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.
Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.
Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada,
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.
Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.
d.- POESÍA INTIMISTA Y POESÍA CARCELARIA (1938-1941):
 A lo largo de estos años, el poeta fue confeccionando una especie de diario poético íntimo de breves canciones y romances con resonancias neopopulares, en las que manifiesta un hondo sentimiento de ternura y melancolía y muchas autorreferencias a su poesía anterior, y trata los temas del amor y las adversidades que lo hostigan. Todo este conjunto final constituye su último libro, que estuvo inédito hasta 1958, fecha en la que se publica en Buenos Aires: Cancionero y romancero de ausencias.

En 1939 nace su segundo hijo...
Menos tu vientre
todo es confuso.
Menos tu vientre
todo es futuro
fugaz, pasado
baldío, turbio.
Menos tu vientre
todo es oculto,
menos tu vientre
todo inseguro,
todo es postrero
polvo sin mundo.
Menos tu vientre
todo es oscuro,
menos tu vientre
claro y profundo.

Con la guerra acabada, intenta marcharse a Portugal, pero desde allí le devolvieron a España y lo encarcelaron. Josefina le comunica por carta que tanto ella y su  hijo están pasando hambre, que sólo pueden comer pan y cebolla. :
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar,
cebolla y hambre.
Una mujer morena,
resuelta en luna,
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete, niño,
que te tragas la luna
cuando es preciso.
Alondra de mi casa,
ríete mucho.
Es tu risa en los ojos
la luz del mundo.
Ríete tanto
que en el alma al oírte,
bata el espacio.
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea/…/.
En septiembre del 39 consigue salir de la cárcel y de nuevo intenta el exilio pero sin éxito, vuelve a Orihuela, y allí le denuncian y entra de nuevo a la cárcel. En el verano de 1940 es condenado a muerte: como autor del delito de adhesión a la rebelión militar”; condenado por intelectual al servicio de la República, por haberse alistado voluntariamente. Algunos amigos del bando vencedor -Sanchez Mazas, Jose María de Cossío –interceden para que le conmuten la pena. Además el franquismo no quiere otra víctima que se pueda convertir en héroe como García Lorca, y la pena es conmutada por 30 años de prisión.
Va pasando por diversas cárceles y comparte su situación con otros autores como Buero Vallejo -autor, por cierto, de su retrato más conocido- , pero contrae la tuberculosis y su delicado estado de salud recomienda su traslado al sanatorio de tuberculosos de Porta Coeli en Valencia. 
Las autoridades consienten su traslado siempre que renuncie a sus ideas públicamente, recupere sus primeras ideas religiosas y contraiga matrimonio canónico con Josefina. Miguel Hernández sólo acepta esto último, y viendo cerca la muerte y para no dejar desamparados a su mujer y su hijo, contrae matrimonio in articulo mortis en marzo de 1942. 
El día 28  de ese mismo mes, encarcelado y sin tratamiento médico adecuado, fallece en la prisión de Alicante. Tenía 31 años.
Nueve años más tarde quisieron darle una beca a su hijo, y Josefina no aceptó porque a cambio quisieron que Viento del pueblo no se publicara en España y en América; y sobre todo, poque por encima de todo estaba la memoria dignificada de ella, su amado Miguel y su obra. 
Posteriormente el régimen lo invisibilizó, escondiéndole de la cultura oficial, y así permaneció hasta la transición.
 LLAMO A LOS POETAS
Entre todos vosotros, con Vicente Aleixandre
y con Pablo Neruda tomo silla en la tierra:
tal vez porque he sentido su corazón cercano
cerca de mí, casi rozando el mío.
Con ellos me he sentido más arraigado y hondo,
y además menos solo. Ya vosotros sabéis
lo solo que yo voy, por qué voy yo tan solo.
Andando voy, tan solos yo y mi sombra.
Alberti, Altolaguirre, Cernuda, Prados, Garfias,
Machado, Juan Ramón, León Felipe, Aparicio,
Oliver, Plaja, hablemos de aquello a que aspiramos:
por lo que enloquecemos lentamente.
Hablemos del trabajo, del amor sobre todo,
donde la telaraña y el alacrán no habitan.
Hoy quiero abandonarme tratando con vosotros
de la buena semilla de la tierra.
Dejemos el museo, la biblioteca, el aula
sin emoción, sin tierra, glacial, para otro tiempo.
Ya sé que en esos sitios tiritará mañana
mi corazón helado en varios tomos./.../

Pero tu corazón "tiritante", de alguna forma, sigue palpitando en cada uno de tus lectores gracias a tus versos.

martes, 27 de marzo de 2012

Miguel Hernández, 70 aniversario de su muerte

El 28 de marzo de 1942, 
a las 5, 30 de la mañana,  
en Alicante, 
encarcelado y enfermo de tuberculosis, 
moría Miguel Hernández Gilabert.

Sí, mañana se conmemora  el 70 aniversario de su muerte.

En los últimos años, especialmente en torno al centenario de su nacimiento (1910) y a la fecha de su muerte, se vienen sucediendo diversos actos conmemorativos. Uno de ellos es La senda del poeta. Realizado de forma anual en el fin de semana más próximo a la fecha de su muerte, se trata de un recorrido de tres días en torno a los lugares relacionados con su vida y obra. Se inicia en Orihuela y se concluye ante la tumba de Miguel en el cementerio de Alicante. El recorrido se jalona con recitales, conciertos o dramatizaciones, algunas de ellas a cargo de jóvenes de las localidades por las que trascurre y otras, de carácter totalmente espontáneo.

Este año su realización correspondió al fin de semana pasado (de viernes a domingo) Aunque llevaba tiempo con la idea de participar en esta actividad, hasta este curso no lo había hecho y la experiencia -dejando al margen los corolarios de agujetas y ampollitas que aquejan a senderistas algo maduritos y poco experimentados como yo- ha sido muy grata. Me sorprendió el elevado número de senderistas de todas las edades, me emocioné con la autenticidad de algunos de los participantes,  disfruté del recorrido y de sus momentos de descanso y compartí con otras gentes la querencia por este poeta, el reconocimiento a su poesía y a su actitud vital.

Confío en que alguno de vosotros, en próximas convocatorias, se anime a coger el saco de dormir y la mochila y emprender esta Senda del Poeta. 
Se os llenarán los bolsillos de algo más que un puñado de versos.
















ETERNA SOMBRA


 Yo que creí que la luz era mía
precipitado en la sombra me veo.
Ascua solar, sideral alegría
ígnea de espuma, de luz, de deseo.

Sangre ligera, redonda, granada:
raudo anhelar sin perfil ni penumbra.
Fuera, la luz en la luz sepultada.
Siento que sólo la sombra me alumbra.

Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.

Cárdenos ceños, pasiones de luto.
Dientes sedientos de ser colorados.
Oscuridad del rencor absoluto.
Cuerpos lo mismo que pozos cegados.

Falta el espacio. Se ha hundido la risa.
Ya no es posible lanzarse a la altura.
El corazón quiere ser más de prisa
fuerza que ensancha la estrecha negrura.

Carne sin norte que va en oleada
hacia la noche siniestra, baldía.
¿Quién es el rayo de sol que la invada?
Busco. No encuentro ni rastro del día.

Sólo el fulgor de los puños cerrados,
el resplandor de los dientes que acechan.
Dientes y puños de todos los lados.
Más que las manos, los montes se estrechan.

Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.

Soy una abierta ventana que escucha.
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida.  

MUJERES QUE INSPIRAN

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