"Recapitula, Héctor, piensa. Tira ese cigarrillo antes de que te queme como los otros y piensa."
Un par de días antes de nochevieja, el año pasado, me rompí el tobillo. Mala suerte. Mi primera lesión de gravedad, me postró durante un mes y medio, y me he resentido hasta bien entrada la primavera. No me considero una persona excesivamente activa, pero aquello me minó de tal manera que empecé a ver la televisión con asiduidad.
¿Y qué hace uno después de comer? Pues al final, se engancha a las novelas de la tele... y si te gusta la trama y eres persona inquieta, pues hasta decides rascar en la literatura. Es lo que me pasó con Amar en tiempos revueltos (debo de decir que ya no me avergüenza admitirlo) en su quinta temporada, muy influenciada en la censura fascista, el teatro y la novela negra. Piqué el anzuelo.
Conocido por mí el género a los 15 o 16 años con el ya mentado "Vernon Sullivan" y su "Escupiré sobre vuestras tumbas", ahora estoy enfrascado en "Cosecha Roja" de Dashiell Hammett. Pero antes de éste, con el ocaso del verano y el fin de la temporada de mi serie de la hora de la siesta, sin respuestas sobre mí, leí "El día que me quieras" de Adolfo Puerta Martín.
Héctor Perea, un detective honrado a la par que excéptico y por extensión algo cínico, ha acabado por perder todo lo que le quedaba. Su mujer le abandona por otra persona (qué importará el sexo de ésta), y no está en su mejor momento que digamos.
Y su historia, encaja a la perfección, porque cuando volví a instalarme en Madrid, dejé de beber. Fue a costa de fumar el triple, pero lo logré. Le creo.
Con una vida despreciable, anclado en un despacho escondido en Gran Vía donde realiza su vida por completo, recibe un día un encargo. Una desconocida cuyos datos son escasos le pide que encuentre a una recién liberada, represaliada política de la Guerra Civil.
El asunto, obviamente se complicará hasta unos niveles peligrosos para todo aquél relacionado en el caso.
Una madrid de vencedores ostentosos, que ni olvidan ni perdonan, sin acabar de asfaltar y en proceso de masificación, se intercalará con nuestra València para contarnos la historia arribista de la familia Martí y la venganza sin vuelta atrás de Elvira Nicuesa. Porque ya que has perdido y vas a seguir perdiendo hasta que acaben contigo, más vale que sea de pie y no de rodillas.
Evidentemente, el detective Perea puede que consiga una segunda oportunidad ("Me conmovió. Y supe que la quería. Con reticencias, claro: ya nada puede ser puro en mí. Pensé que si la quería era por egoísmo."). Y es que por muchos tintes policiacos que hayan, la novela no deja de tener su parte "rosa". La intención es captar un público plural y muy variado. Por ello me acabo sorprendiendo yo mismo de escribir acerca de este libro, no es mi estilo.
Pero lo merece, es válido para los estudiantes que lean el blog y me parece igual de interesante el contexto de la obra como que los problemas estructurales absorban las coyunturas personales de cada uno en ciertos momentos.
Y, qué demonios, que tras el final de Héctor en la serie, necesitaba notícias de él. Necesitaba saber sobre mí, necesitaba saber si algún día le querrían.
Y la respuesta, más que Héctor, me la da Neruda:
Fui tuyo, fuiste mía. Tú serás del que te ame del que corte en tu huerto lo que he sembrado yo.
(...)
Desde tu corazón me dice adiós un niño. Y yo le digo adiós.
Debemos fumar menos, Héctor. En mi caso, dejar de fumar.
Debemos volver a amar, y lo haremos si es que no lo estamos haciendo ya.
Hasta el día que me quieras, adiós.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
MUJERES QUE INSPIRAN
Rosa Parks (1913 – 2005) El primero de diciembre del año 1955, en Montgomery ( Alabama), Rosa, una mujer negra , se sube al autobús que to...
-
En el texto de García Montero " Coplas a la muerte de un Colega ", nos encontramos con una entretenida parodia de las “ Cop...
-
Estos días hemos estado trabajando en 1º de BAC las Coplas de Jorge Manrique, lo que ha propiciado que nos acerquemos a una conocida imita...
-
El jardín de las Delicias, de El Bosco. Hacia el 1500-1505. Para que veáis que el poema de Rafael Alberti que leímos el otro día en clase...
hOLA mIGUEL!
ResponderEliminarMe ha gustado tu comentario. Yo también he ido siguiendo - con "altibajos"- esta serie: creo que refleja bien el contexto en que está ambientada y cuenta con buenos actores; es un desfile de personajes característicos, de "tipos" de la posguerra y el franquismo. La novela no la he leído pero me estás tentando...
Un abrazo y continúa con tu búsqueda. Y a ver si consigues dejar de fumar (yo, lo había dejado y últimamente cae algún que otro cigarrillo...)
Por cierto, ayer hubo algún problema de visualización con tu entrada. Me temo que tuve yo la culpa (ya te cuento cuando nos veamos, sorry!!)
¡Gracias por el comentario, Elisa!
ResponderEliminar¿Te estoy tentando? Qué buena señal es esa...
Ya vi que algo había pasado, la gente tomó por mías las palabras de Neruda, que era lo único que se visualizaba, pero solucionado queda.
Y sí, esto del tabaco se acaba por momentos... pero lees y picas, piensas y picas, ves la serie y con tanto coñac y filtros acabas por rendirte... menos mal que los guardianes de la salud pública asfixian, gravan y criminalizan a los sectores más humildes que deben de ser los que más fuman, y ni eso nos podremos permitir en un futuro nada lejano. Todo por nuestro bien, por supuesto.
Cuando te apetezca, silba y nos vemos. :)