martes, 12 de octubre de 2010

Gracias, Don Mario

Mi gusto por Vargas Llosa se despertó tardíamente. En segundo de facultad, después de la lectura de la deslumbrante Cien años de soledad, la de La casa verde me dejó, por el momento, indiferente. Y con esos extremismos tan propios de los dieciocho me declaré largo tiempo enamorada de la narrativa de García Márquez (lo sigo estando) y poco entusiamada por la de Vargas Llosa. El tiempo, superar algún prejuicio ideológico y ciertos títulos suyos me hicieron corregir esa consideración primera.
Pero a parte de esta pequeña confesión, mi propósito es compartir una vivencia sobre este autor: en junio pasado asistí, junto a otros compañeros del instituto, a la conferencia que el reciente Premio Nobel dio en la Biblioteca valenciana sobre Joannot Martorell. Fue una gozada. Con gran amenidad nos llevó por donde quiso: desde su pasión temprana por el Tirant (que él leyó en valenciano en sus años de estudiante en Lima, incitado por el comentario descalificativo de un profesor sobre las novelas de caballerías) al análisis de la obra como novela épica, social, erótica y psicológica. En un castellano precioso (interrumpido, al “hacer de Carmesina”, por un valenciano cuya peculiar fonética atribuyó, con humor, a ser del siglo XV) fue justificando esas calificaciones, explicando que todas le convienen aunque ninguna le basta; y acabó hablando del poder de la palabra en el Tirant, ese poder que tienen las grandes obras para crear mundos que sirven de puente por encima de diferencias culturales.
Una conferencia perfecta y un orador brillante.

Y sí, por fin esta semana le han dado el Nobel . Según la Academia sueca "por su cartografía de las estructuras del poder y sus incisivas imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota"(ahí queda la eso…)
"¿Dicen eso?- comentó Vargas Llosa al enterarse de este comunicado- Es magnífico. Me alegro mucho. ¡Ojalá fuera verdad! En efecto, de eso va mi obra, de la resistencia del individuo ante el poder, de la lucha de los hombres por salvar su individualidad en un mundo en el que la libertad está tan acosada. “
"La literatura es mi manera de vivir, como decía Flaubert. No tendré otra, con sus sumas y sus restas, esa es la felicidad de mi vida. La literatura me ha dado lo mejor que tengo; los amigos, las experiencias. La entraña de mi vocación no es otra que la literatura, y de ella sale todo lo que soy y todo lo que tengo. Es lo mejor que me ha pasado".
Gracias, Don Mario.

3 comentarios:

  1. Un merecido premio para un eterno candidato…En su apasionado libro de ensayos La verdad de las mentiras escribió Vargas Llosa: “Esa verdad histórica es indispensable e insustituible para saber lo que fuimos y acaso lo que seremos como colectividades humanas. Pero lo que somos como individuos y lo que quisimos ser y no pudimos serlo de verdad y debimos por tanto serlo fantaseando e inventando - nuestra historia secreta- sólo la literatura lo sabe contar. Por eso escribió Balzac que la ficción era "la historia privada de las naciones””…
    Que me parece una maravillosa apología de la Literatura. Y nada, que felicidades a Don Mario

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  2. Qué fuerza tiene esa frase de Honoré de Balzac, mosquis...

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  3. Yo también me alegro mucho del premio Nobel para D. Mario. Por culpa de esa manera tan suya de contagiar sus emociones hablando, me estoy leyendo el Tirant. Casi al final del segundo tomo, por fin Tirant desflora a Carmesina y, cuando leí esos párrafos recordé a Vargas Llosa leyéndolos en la conferencia que dio en la biblioteca valenciana. No pude dejar de imaginar su voz leyendo en ese valenciano antiguo (y qué bien). Se puede ver en youtub

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