El día uno de marzo los alumnos de la clase de Literatura universal y de Dramatización nos fuimos al teatro Thalia, así sin tilde, a ver un montaje tan
especial y diferente como su nombre, La crazy class. Nadie va predispuesto a ver algo tan
logrado como eso, la mayoría piensan en algo común, una serie de actores que
interpreta cada uno un personaje, con una decoración y un vestuario acorde a su
personaje... Esto fue diferente, tan sólo cuatro actores, interpretando a doce
personajes, y no eran precisamente fáciles, aunque a veces lo pasemos por alto. Cuando uno se embarca en este mundo tan infinito del teatro y decide ser actor,
se lleva un trocito de cada personaje que interpreta, has de meterte en 'su
mente', imaginar que no eres tú sino tu personaje, pensar cómo pensaría él, dejar
a un lado tu propia personalidad, aunque a veces puedas darle un toque tuyo; por eso esta obra nos enseña como el teatro puede ayudarte en tu vida personal
como actor, y es que siempre, absolutamente siempre que interpretas a un
personaje, aprendes algo de él.
La obra se situaba en una clase de teatro. Resumiéndola muy
por encima, había doce personajes que se correspondían con un militar chapado a
la antigua cuyos unos valores eran un tanto arcaicos, dos "marujas"
del pueblo, un adolescente con problemas para relacionarse, un padre que pasa
por un momento difícil y su hijo, una chica vasca, una bailarina muy coqueta,
un actor estancado, un torero que quiere reinventarse, un adolescente rebelde,
y un hombre de negocios que lleva una funeraria.
Todos ellos se apuntan a teatro para intentar mejorar su
vida personal, al principio reacios, luego muy felices. Representan Hamlet y es
todo un éxito. También aparece una chica que representa dos personajes una
limpiadora y una pirotécnica.
....
En una fecha tan cercana al día de la mujer no podía pasar
por alto algunos detalles. En algún
punto de la obra reflexioné sobre nuestros derechos y la forma de ver a las
mujeres de esta sociedad. En la RAE se nos representa como sexo débil. Esta
obra muestra perfectamente como hombres y mujeres somos exactamente iguales,
pues dos hombres actores que no tienen ni un ápice afeminado, ni son
transexuales ni pretenden serlo, se convierten en mujeres por un momento y lo
hacen a la perfección, Ser mujer no es algo físico,no es algo que se vea, es
una actitud, ser mujer es algo mental, ser mujer es sentirse mujer. Tengas o no
vulva y digo esto por el famoso caso del autobús de la Iglesia de hace unos
días. Ya está bien de que se nos corten las alas, tenemos que ser fuertes y
tenemos que estar unidas porque ésta lucha no sólo tenemos que llevarla a cabo
las mujeres.
Reseña- comentario realizado por Sara Fernández Ouanit (4º ESO)
Reseña- comentario realizado por Sara Fernández Ouanit (4º ESO)
No hay comentarios:
Publicar un comentario