Día del libro: Llegó con tres heridas

Llegó con tres heridas:
la del amor, la de la muerte, la de la vida...
Miguel Hernández

Este año, en algunos actos conmemorativos del Día del Libro, Miguel de Cervantes se ha visto acompañado en referencias y homenajes, por otros autores de igual nombre: Miguel Hernández y Miguel Delibes.
Así ha pasado en nuestro instituto, en el “Recital literario” que hicimos ayer y que, aunque algo improvisado por coincidir las fechas con exámenes y salidas extraescolares, gracias a la colaboración y la buena voluntad de todos, no resultó del todo mal.

Aprovechamos el acto para hacer entrega de los premios de los concursos convocados por el Departamento de Lengua castellana y el de Plástica, cuyos ganadores fueron:

• Concurso de Ortografía: Paco Bermejo (2ºBAC )
• Concurso de Diseño de camisetas: Lucas Guillén (2º de ESO)
• Concurso Literario: Miguel González (1ºBAC)

A propósito de este último certamen, considerando que no se presentó ningún candidato en la modalidad de poesía, parece que andamos faltos de alumnado inclinado hacia este género. Quizá, como decía la canción de Golpes bajos, corren “malos tiempos para la lírica”; no sé…, yo desde aquí os animo a leer poesía (a pequeñas dosis al principio) porque así os daréis la oportunidad de descubrir algunos de sus efectos (otro día, si se tercia, hablaremos de éstos, pero de momento, no temáis, no presenta contraindicaciones graves)

Podéis comenzar con uno de los poemas de Miguel Hernández recitados ayer. Y, si os gusta y tenéis curiosidad, pinchad en el siguiente enlace para escuchar la versión de Joan Manuel Serrat - que, por cierto, acaba de sacar una nueva adaptación de poemas del poeta oriolano, Hijo de la luz y de la sombra ( ¡37 años! después de la primera, el disco al que pertenece este poema):
http://www.youtube.com/watch?v=IgAT0jwnVzA


Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.

De nuestro otro “Miguel”, de Delibes, me gustaría destacar aquí su otra faceta, la de “original ecologista” en constante lucha por preservar y mejorar el medio ambiente.
En La Tierra herida (libro escrito en colaboración con su hijo y subtitulado ¿Qué mundo heredarán nuestros hijos?) plantea los graves problemas que afectan a la Tierra y, por tanto, a la humanidad como especie...

“En la actualidad la abundancia de medios técnicos permite la transformación del mundo a nuestro gusto, posibilidad que ha despertado en el hombre una vehemente pasión dominadora. El hombre de hoy usa y abusa de la Naturaleza como si hubiera de ser el último inquilino de este desgraciado Planeta, como si detrás de él no se anunciara un futuro.”
"Muchos jóvenes del Este y del Oeste reclaman hoy un mundo más puro, seguramente por ser ellos la primera generación con DDT en la sangre y estroncio 90 en sus huesos. Porque si la aventura del progreso, tal como hasta el día la hemos entendido, ha de traducirse inexorablemente, en un aumento de la violencia y la incomunicación; de la autocracia y la desconfianza; de la injusticia y la prostitución de la Naturaleza; del sentimiento competitivo y del refinamiento de la tortura; de la explotación del hombre por el hombre y la exaltación del dinero, en este caso yo gritaría ahora mismo, con el protagonista de una conocida canción americana "!Que paren la Tierra, quiero apearme!"